Encuentro adhiere a redes internacionales

Encuentro adhiere a redes internacionales

martes, 24 de agosto de 2010

NUESTRA RED EN EL VI ENCUENTRO CIVICO IBEROAMERICANO (ECI)

Argentina será la sede del VI Encuentro Cívico Ibero-Americano a realizarse en Mar del Plata, los días  2 y 3 de diciembre de 2010, en el marco de la XX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. 

Los Encuentros Cívicos tienen como objetivo aportar opiniones y experiencias a los temas que las Cumbres abordan,  desde las perspectivas específicas de las Organizaciones de la Sociedad Civil. Este año el tema a considerar, propuesto por la Presidenta de Argentina, será "Educación para la Inclusión”.

La SEGIB y la Cancillería Argentina comenzaron a preparar el Encuentro. Para dicha tarea se cuenta con el apoyo de Fundación SES, que ha sido designada como “Organismo Técnico”, y los aportes de un Grupo de Consulta formado por 8 organizaciones de la sociedad civil, entre las que está la red Encuentro.

El pasado 5 de agosto se realizó en el Palacio San Martín la primera  reunión del Grupo de Consulta con las autoridades de la Cancillería Argentina, la SEGIB y SES.

En esta primer reunión, se hizo un rápido recorrido sobre los aportes de los Encuentros Cívicos previos, destacando la evolución de los mismos desde un énfasis en lo reivindicativo a lo propositivo. Luego se puso a discusión la lista de invitados, subrayando la importancia de respetar la proporcionalidad en la representación por países, temática, redes, regiones o sistemas de integración, así como el equilibrio entre sindicatos, ONGs y otras organizaciones, de género y étnico. También se puso a consideración una propuesta para llegar al Encuentro  con discusiones previas entre las OSC, que permitan la elaboración de un documento sustancioso y consensuado.
 
El Grupo de Consulta será convocado nuevamente antes del ECI,  para hacer aportes a la dinámica del Encuentro.

jueves, 19 de agosto de 2010

MENSAJE A LA ASAMBLEA GENERAL DEL FORO ABIERTO

El 28, 29 y 30 de julio, Encuentro organizó la consulta nacional sobre Eficacia  del Desarrollo, para discutir cómo las OSC pueden contribuir mejor al desarrollo de nuestras sociedades. Esta consulta, junto a otras que se realizaron en diversos países de Latinoamerica, llevarán sus aportes a la Asamblea Global del Foro Abierto que se realizará en Istámbul, Turquía, del 28 al 30 de septiembre de este año.
De cara al Foro Abierto, se ha escrito el Mensaje siguiente, desde América Latina, y desde las Organizaciones de la Sociedad Civil Latinoamericana:

Mensaje a la Asamblea General del Foro Abierto
Agosto de 2010

Desde el proceso de Consultas Nacionales a Organizaciones de la Sociedad Civil, OSC, que en América Latina congregó a cerca de mil mujeres y hombres pertenecientes a diversas formas de organización y movilización social en 12 países, queremos compartir con los colegas de otras regiones del mundo las siguientes ideas, preocupaciones y propuestas:

1. Aunque hay particularidades en cada país, podemos afirmar que estamos actuando en un contexto de cambios profundos en el entorno económico, social, político y cultural y especialmente, en el marco de crisis globales (financiera, climática, alimentaria, etc.). En este escenario se han modificado las relaciones entre OSC y el Estado, entre éstas y el Sector Empresarial Privado y entre ellas mismas; es por lo tanto un buen momento para repensar estas relaciones y para abordar debates sobre su rol, sus principios y su entorno, de donde surjan las necesarias adaptaciones a los nuevos contextos. Esta reflexión propuesta por el FORO ABIERTO tiene además características globales, lo que le confiere un valor agregado novedoso y enriquecedor.
2. En el contexto actual en el que el concepto de desarrollo y sus formas de concreción están profundamente cuestionadas, hemos constatado que las OSC juegan un papel importante como críticas de los modelos imperantes, especialmente aquellos inspirados en la concepción neoliberal y a la vez, como parte de los forjadores de nuevas formas de entender el desarrollo. Desde hace un tiempo en la región vienen emergiendo nuevos paradigmas afincados en los derechos humanos, la sostenibilidad, la equidad, y en la sabiduría ancestral de nuestros pueblos; por ejemplo se habla de Sumak kawsay –vida en plenitud–, que no es lo mismo que el “bienestar” tal como se ha entendido en Occidente; estas propuestas se encuentran en estado embrionario y requieren dotarse de contenidos y acciones. El rol de las OSC como actoras del nuevo desarrollo es por lo tanto un gran desafío que tenemos por delante.
3. Entre los desafíos que surgen de las Consultas Nacionales en América Latina está el de recuperar la centralidad de lo político y el carácter de las OSC como actoras políticas no partidarias. Hay que recordar que su primer deber es contribuir a la construcción de sociedades democráticas, respetuosas de los derechos de todas las personas, basadas en el diálogo y el reconocimiento inter-cultural y esto es una tarea de naturaleza política. Es evidente que este rol se juega siempre consciente o inconscientemente incluso, al ser operadoras de proyectos o acciones que otros han diseñado; es por ello que hacemos un fraternal pero enfático llamado para re-politizar y reconstruir nuestra agenda común. En particular  invitamos a nuestros pares del Norte para que juntos reconstituyamos agendas de cooperación e incidencia conjunta.
4. De otro lado, hacemos también una invitación calurosa y fraterna al conjunto de las OSC para que asuman su responsabilidad como forjadoras de relaciones igualitarias y equitativas entre los géneros, tanto al interior de las organizaciones como en su trabajo de transformación de la sociedad. Asumir el reto de superar las relaciones de subordinación no puede ya ser sólo un objetivo de los movimientos y organizaciones de mujeres. Es urgente que entendamos que no hay desarrollo ni democracia genuinas, si no se incluyen los derechos de las mujeres en todos los ámbitos de la vida cotidiana y social.
5. Una de las preocupaciones de las OSC de la región es la de una extendida amenaza a su existencia y su quehacer. En varios países la hostilidad por parte del Gobierno ha llegado a verdaderas confrontaciones y descalificaciones públicas. En este campo debe recordarse a los funcionarios estatales y otras autoridades públicas que tienen una alta responsabilidad y que su papel debe ubicarse más en el lugar de protectores y promotores, que en el de verdugos. Para enfrentar esta amenaza, desde el sector social es imprescindible visibilizar el valor agregado de las OSC y que se reconozca su papel peculiar en la sociedad, así como reivindicar el conocimiento y la experiencia acumuladas en las organizaciones y, con la misma fuerza, el necesario reconocimiento de su autonomía e independencia, fuertemente atadas al derecho de asociación de la ciudadanía y a sus libertades de pensamiento y expresión. No se puede pensar en sociedades democráticas sin OSC autónomas, independientes y críticas.
6. Se reconoce como un imperativo ético de las OSC el construir e implementar prácticas de
transparencia activa y rendición de cuentas, toda vez que trabajan con y para la producción de bienes públicos. En el contexto actual estas prácticas no sólo constituyen un deber, sino un buen ejemplo para otros sectores de la sociedad y son fuente de legitimidad e instrumentos para generar confianzas. Sobre este campo en nuestra región se han producido importantes avances en el período reciente y contamos con redes de OSC en las que centenares de organizaciones rinden cuentas públicas de manera voluntaria.
7. La voz de las OSC es muy crítica con el mundo de la Cooperación Internacional que se está retirando de la región basada en el argumento de que hoy, en su gran mayoría, estos países pertenecen al rango de “renta media”, cuando para nadie es un secreto que bajo los promedios de las estadísticas, se encuentra la realidad de la región más desigual del planeta. Es tiempo de que todos asumamos criterios de co-responsabilidad para resolver problemas estructurales y globales como la desigualdad y la pobreza que golpea amplias masas de población en la región y en todo el mundo. Es un reclamo general la rendición de cuentas de los cooperantes también en el Sur y no sólo ante sus propias sociedades. En el caso de la cooperación privada, es necesario reconstruir la relación como un intercambio solidario y sinérgico de fortalezas y recursos de distinta naturaleza y como una alianza política que va mucho más allá de la relación simplista contratante-contratado.
8. Es hora de abrir un debate amplio, tanto en el nivel internacional como nacional, acerca de la necesidad de políticas públicas de fortalecimiento de las organizaciones sociales. Esto incluye discutir sobre la necesidad de financiamiento público y estatal para las actividades de las OSC que sean claramente de interés común y dedicadas a la producción de bienes públicos. Consecuente con esto, los Estados democráticos deberían adoptar como parte de sus responsabilidades, el financiamiento de una parte de esa actividad. Invitamos también a la Cooperación Internacional en sus más variadas vertientes, a asumir como un criterio de efectividad de los programas que ejecuta, el fortalecimiento del tejido social de los territorios en donde se llevan a cabo.
9. El debate sobre la efectividad de las OSC no es nuevo. De hecho, puede decirse que las organizaciones permanentemente están buscando cómo hacer mejor las cosas para alcanzar sus propósitos. En esta ronda de debates hubo coincidencia respecto de que, para las OSC son tan importantes las metas y los resultados, como el camino para lograrlos. En términos de resultados, la efectividad de las OSC tiene relación con construir las capacidades y condiciones para que los grupos humanos con quienes se trabaja puedan defender y realizar sus derechos. Y en cuanto de los métodos, la efectividad debe evaluarse con parámetros como el respeto por la integridad y la dignidad de cada persona, la creatividad y la innovación incorporada en cada herramienta, el uso responsable de los recursos, la recuperación y enriquecimiento del saber socialmente construido y la sostenibilidad de las propuestas.

Las OSC de América Latina queremos mejorar nuestra capacidad y ser más efectivas para afrontar los retos internos que se han descrito y, de manera especial, para afrontar la tareas estratégicas de transformación de las realidades de desigualdad, injusticia y exclusión que hoy perviven en el planeta, enfrentar los retos del calentamiento global y la crisis ambiental, la construcción de una nueva arquitectura para el gobierno planetario y para la construcción de seres humanos libres y autónomos.