En esta entrada, compartimos en la siguiente nota un informe
del noticiero Visión 7 Internacional acerca de las transformaciones políticas y
económicas a nivel global, con su correlato en la declinación del protagonismo por
parte del dólar como moneda internacional.
Cabe señalar que, bajo esta declinante supremacía política y
monetaria, el dólar significó históricamente una herramienta de financiación
del propio déficit por parte de EEUU. Su uso como moneda de comercio
internacional implica hoy más que antes una vía de transmisión de la crisis.
A partir de 2008, con motivo de la crisis por el estallido de
la burbuja del mercado inmobiliario en los Estados Unidos, se proyectó una
recesión en la economía mundial que persiste hasta la actualidad. La República
Popular China, en su condición de tenedor mayoritario de bonos del tesoro de
EEUU, incide en el desempeño de la moneda estadounidense impulsando su
paulatino reemplazo y promocionando su propia moneda en diversos acuerdos de
comercio bilateral con Rusia y Japón, sin moneda intermediaria alguna. Estas
medidas disminuyen gastos financieros así como eventuales riesgos derivados de
falta de liquidez.
Por otra parte, ante el debilitamiento del Euro, estas
medidas alivian el impacto de la crisis internacional al mantener la economía mundial
con menor sujeción y condicionamiento a las fluctuaciones de las dos monedas. Si
bien China es tenedor de títulos de la deuda de EEUU, su crisis no la afecta porque
genera una zona de comercio donde está cambiando la moneda de intercambio. Por
su parte, China adquiere también beneficios políticos en el acercamiento a las
principales potencias asiáticas, con la decreciente influencia regional de EEUU.
En el caso del Mercosur, encontramos una incipiente iniciativa
de intercambio comercial en monedas locales entre Argentina y Brasil, aún en escala
reducida, debido en gran parte a la presencia de empresas multinacionales
intervinientes en esta relación bilateral.
Así también encontramos en otra parte de Latinoamérica la
iniciativa del SUCRE (Sistema Unico de Compensación Regional) como moneda
virtual que se inició en el intercambio comercial entre Ecuador y Venezuela.
Todos estos procesos de transformación son signos de un nuevo
orden monetario que refleja un mundo multipolar, sin la hegemonía
estadounidense, pero también de una nueva predominancia de la dimensión financiera
por sobre la monetaria, sin regreso al respaldo de las monedas en metálico.
Es de destacar que a partir de la crisis del Euro, surgen
nuevas incertidumbres acerca de creación de monedas únicas regionales. Ante esta
nueva multipolaridad de la economía mundial, cabe preguntarse sin son estas
lecciones para una preservación de las monedas nacionales en convivencia con
nuevas monedas regionales de cambio bilaterales o regionales.
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